El clásico "baño de burbujas" o "baño de agua" o "prueba de inmersión"
Es la prueba más sencilla y la más utilizada para comprobar la estanqueidad de los envases flexibles o rígidos.
La muestra se sumerge en la cámara de vacío. La cámara se evacua y el vacío hace que aumente el volumen de aire contenido en el espacio libre del envase. Al aumentar, aplica tensión a los elementos de sellado del envase: precintos, termosellados, tapas, tapones, etc.
Si se detecta una fuga, se forma una columna de burbujas en el lugar exacto de la fuga.
Esta prueba es sencilla de realizar y no requiere grandes conocimientos técnicos. Este método se conoce como destructivo, porque pone el producto en contacto con el agua. Si se detecta una fuga, el agua puede penetrar en el producto y dañarlo.
Prueba en seco con flujo de líquido
Existe otro método de ensayo para recipientes que contienen líquido y también aire en el espacio de cabeza. Este aire es muy importante para el éxito de la prueba.
Las muestras se colocan en la cámara, en posición horizontal, ligeramente inclinadas hacia su tapón/bomba… Esto garantiza que el líquido contenido en el envase esté en contacto con el elemento de sellado. Se coloca un medio absorbente bajo las muestras para facilitar la visión del flujo de líquido.
Una vez en esta posición de prueba, se evacua la cámara. Esta caída de presión aumenta el volumen de aire residual en el espacio de cabeza. A medida que el aire aumenta, aplica tensión al líquido contenido en el envase. Como el líquido es incompresible, aplica la misma tensión a los elementos de sellado.
En caso de fuga, el líquido se escapa. El medio absorbente que se encuentra bajo las muestras se impregna del líquido y las muestras con fugas pueden aislarse fácilmente.
La prueba de penetración del colorante o prueba del azul de metileno.
Esta prueba se utiliza generalmente para envases pequeños o envases con poco aire en el espacio de cabeza.
En particular, esta prueba se utiliza para productos sanitarios como ampollas, bolsas Tyvek, ampollas pequeñas, viales inyectables, etc.
Esta prueba puede seguir las recomendaciones de la norma ISO 8871-5 anexo D.
El principio de la prueba es bastante sencillo. La muestra se sumerge en un baño de colorante. El colorante utilizado suele ser azul de metileno, que tiene un alto poder colorante. Una vez en el baño de tinte, se despresuriza la cámara. La pequeña cantidad de aire contenida en el envase intenta escapar por cualquier fuga. El vacío se mantiene durante un tiempo razonable, a menudo unos 10 minutos. A continuación se vuelve a la presión atmosférica. Con el retorno a la presión atmosférica, el volumen de aire residual vuelve a su volumen inicial y aspira potencialmente el líquido coloreado. Según el tipo y el tamaño del envase, el tiempo de penetración es bastante importante y no debe descuidarse. Esta fase dura unos 30 minutos como mínimo.
Una vez transcurrido el tiempo de penetración, el envase se seca con un paño y se aclara para eliminar cualquier rastro de azul en el exterior. A continuación se comprueba el estado del interior del envase, y si hay restos de azul de metileno, significa que hay una fuga por la que ha penetrado el líquido coloreado.